martes, 23 marzo 2004. - DE REFLEXIONES I... -
Yo creo que estoy perdiendo el tiempo...
Me refiero a que los días me están pasando a una velocidad de vértigo, y yo no hago más que sentir pérdidas en el tiempo..., que se me escapa por algún descosido... A pesar de ser la mujer que quiero ser (o de momento, soy lo más parecido a lo que sueño de mi misma...), pienso que no debería estar aquí, en mi situación actual..., empezando por los trabajos, que creo que ya ha llegado el momento de dejarlos..., los dos... (uno de ellos toda una pena, porque me han hecho fija, pero no me da para vivir...). Mi lugar está en otra parte..., no me siento desarraigada ni fuera de lugar..., no, no es eso... Soy muy feliz aquí, donde nací y vivo..., me gusta enormemente la protección que me ofrece mi ciudad, tengo mis raices bien plantadas en ella y sé que pertenezco a ella... Hoy por hoy, me gusta pensar que no puedo vivir en ningún otro lugar..., hasta que me vaya a descubrirlo...
Cada día me recuerdo la edad que tengo..., y aunque no es mucho, van siendo unos cuantos para dar un giro en mi vida... Mirando tan sólo un año hacia atrás..., o mejor, año y ocho meses, puedo ver cómo di, no uno sino tres, cambios muy importantes que me supusieron un antes y un después (otro, si cabe...) como suele decirse... Me topé con una realidad a la que le había dado la espalda, y eso me dió un irreparable golpe en el cráneo, para ir aceptando las cosas de una vez...; abandoné mi casa (que no mi familia) para evitar un maltrato psicológico que ya duraba años...; y me mudé tres veces de casa, hasta encontrar el piso donde vivo actualmente... Todo esto en tan solo seis meses...
Aún no sé cómo he podido sobrevivir a todos estos cambios sin que hayan hecho más mella en mí de la que yo imaginaba...; soy fuerte, debo serlo, no me queda otro remedio... Ahora, desde la tranquilidad que me proporciona este sillón al lado de la ventana, el no-ruido de coches por la autopista, el no sentir más mi sangre bombear por mis oidos al oir su llave en la cerradura..., pienso que las consecuencias de haber..., sufrido? si, esa es la palabra, cambios tan brutales podían haberme llevado a abandonarlo todo y marcharme de aquí... Lo pensé, pero no quise ser una cobarde...
Estoy acostumbrada a vivir los días de sobresalto en sobresalto..., necesitaré más por lo que se ve..., porque no paro de quejarme...
Me refiero a que los días me están pasando a una velocidad de vértigo, y yo no hago más que sentir pérdidas en el tiempo..., que se me escapa por algún descosido... A pesar de ser la mujer que quiero ser (o de momento, soy lo más parecido a lo que sueño de mi misma...), pienso que no debería estar aquí, en mi situación actual..., empezando por los trabajos, que creo que ya ha llegado el momento de dejarlos..., los dos... (uno de ellos toda una pena, porque me han hecho fija, pero no me da para vivir...). Mi lugar está en otra parte..., no me siento desarraigada ni fuera de lugar..., no, no es eso... Soy muy feliz aquí, donde nací y vivo..., me gusta enormemente la protección que me ofrece mi ciudad, tengo mis raices bien plantadas en ella y sé que pertenezco a ella... Hoy por hoy, me gusta pensar que no puedo vivir en ningún otro lugar..., hasta que me vaya a descubrirlo...
Cada día me recuerdo la edad que tengo..., y aunque no es mucho, van siendo unos cuantos para dar un giro en mi vida... Mirando tan sólo un año hacia atrás..., o mejor, año y ocho meses, puedo ver cómo di, no uno sino tres, cambios muy importantes que me supusieron un antes y un después (otro, si cabe...) como suele decirse... Me topé con una realidad a la que le había dado la espalda, y eso me dió un irreparable golpe en el cráneo, para ir aceptando las cosas de una vez...; abandoné mi casa (que no mi familia) para evitar un maltrato psicológico que ya duraba años...; y me mudé tres veces de casa, hasta encontrar el piso donde vivo actualmente... Todo esto en tan solo seis meses...
Aún no sé cómo he podido sobrevivir a todos estos cambios sin que hayan hecho más mella en mí de la que yo imaginaba...; soy fuerte, debo serlo, no me queda otro remedio... Ahora, desde la tranquilidad que me proporciona este sillón al lado de la ventana, el no-ruido de coches por la autopista, el no sentir más mi sangre bombear por mis oidos al oir su llave en la cerradura..., pienso que las consecuencias de haber..., sufrido? si, esa es la palabra, cambios tan brutales podían haberme llevado a abandonarlo todo y marcharme de aquí... Lo pensé, pero no quise ser una cobarde...
Estoy acostumbrada a vivir los días de sobresalto en sobresalto..., necesitaré más por lo que se ve..., porque no paro de quejarme...
11 comentarios
Raquel -
Quizás no debía descontextualizar la situación...
jorge -
Raquel -
Y espero que nunca tus padres te echen de casa...
Un abrazo.
JORGE -
Raquel -
Suerte que estais ahí para darme todo eso...
Venga, un abrazo de oso...!!
Sory -
Besote !!! :) y un achuchon, que veo que hoy lo necesitas un poco,...
Por cierto, que le pasa a esto,... el blog esta raro,...nop?
carlos -
Capitán Gallina -
Aldeana -
No te precipites... deberíamos valorarnos un poco más...
Ah!... y siempre tendrás una cabañita en mi Aldea ;-)
Ame -
not a pretty girl -
Un beso